CASA TOMADA: SAN SEBASTIÁN Y LA MIRADA CRUCIFICADA
En esta muestra, el espacio familia, la casa y sus recuerdos, ha sido tomada por imágenes que, a la par de las iglesias católicas, capturan todo el espacio, atiborrándolos de una presencia corporal, sagrada e impregnada del sacrificio. Estos conceptos no solo invitan a pensar en San Sebastián, santo del dolor y de la fe, sino para que el espectador incluya en su espiritualidad, en su espacio más íntimo, lo que significa ese campo liminal del sacrificio, por una causa que hoy por hoy nos parece absurda: la fe. De ahí que se recurra a representaciones que nieguen el espacio del rostro o que se centre en el gesto del cuerpo. Una suerte de imaginería corporal que busca mostrar el lugar del dolor y de la afirmación de su resto y gesto espiritual. Así, existen piezas que toman la forma del santo en mención, pero que son también ambiguas, es decir, parecen reclamar una mirada más relacionada a las identidades contemporáneas, a saber, el individualismo y el narcisismo como discursos a los cuales el artista, Paul Fuentes, se opone. De ahí se entiende esa “invasión de lo sagrado”, un intento de recuperación del sacrificio como forma y contenido, como corte, herida y sanación. Una mirada crucificada.
David Durand